El Arado de Lorentz
El Arado que Rompió Los Llanos tuvo su primera exhibición en la Casa Blanca en marzo de 1936 y su exhibición oficial, después de varias demostraciones privadas, fue en el Hotel Mayflower el 10 de mayo de 1936. El evento fue patrocinado por el Museo de Arte Moderno y también incluyó la proyección de varios documentales extranjeros, entre ellos fragmentos de El Triunfo de La Voluntad de Leni Riefenstahl. A pesar de contar con la aceptación de la crítica, muchos en la comunidad de Hollywood reaccionaron negativamente a la película, afirmando que puesto que había sido hecha por el gobierno ésta no era un documental, sino propaganda. Ninguno de los estudios estuvo de acuerdo en distribuirla comercialmente. Después de viajar por todo el país con la película en la mano, Lorentz finalmente fue capaz de convencer al dueño del Teatro Rialto de Nueva York para mostrar la película. La enorme reacción positiva del público llevó a que los propietarios de otras salas de cine de todo Estados Unidos se interesaran y la proyectaran.




La secuencia con la que se da inicio al El Arado Que Rompió los Llanos fue hecha de esa manera porque representaba las metas artísticas que Pare Lorentz trató de lograr en el filme un todo, el uso de imágenes iconográficas y de la narración poética, una música especialmente compuesta para ella para enmarcar la discusión intelectual y patriota sobre Estados Unidos como grande y abundante, bendecida con recursos, cuya conservación podrían contribuir a mitigar los problemas ambientales que enfrentara el país durante la Depresión. Esta la película detalla la belleza de las grandes llanuras, el tiro maravilloso del jinete, y la repetición poética de la frase "los fuertes vientos y el sol", anunciando la venida del "Dust Bowl". También se escucha la música de Thompson, que trabaja tan bien con las imágenes dándoles acompañamiento.
1 Response
  1. Pare Lorentz Says:

    El Arado Que Rompió los LLanos pone de manifiesto una problematica social y al mismo tiempo realza la lucha de los campesinos por sobreponerse a las inclemencias del clima pero mayormente al problema producido por el excesivo uso de la tierra, que trae como consecuencia el desequilibrio natural de la región en todos sus aspectos.